TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN (SÍNDROME DE BRIQUET)

Este trastorno, en el que existen múltiples síntomas, empieza antes de los 30 años y tiene un curso crónico y fluctuante. Se caracteriza por síntomas gastrointestinales, sexuales y neurológicos.

Este trastorno fue descrito por Briquet (1859), que lo consideró una forma de histeria, en la que ante condiciones de sobreestimulación nerviosa, individuos susceptibles a padecerla presentaban diversas quejas físicas. Se relaciona con la expresión de la angustia o sentimientos depresivos.

Se considera que afecta principalmente a las mujeres, y es común que afecte a varios miembros de una familia. 

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM IV TRASTORNO DE SOMATIZACION


Múltiples quejas físicas de inicio anterior a los 30 años y duración de varios años, quejas que han llevado a la búsqueda de tratamiento o a un significativo deterioro social, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento.


En algún momento, durante el curso de la perturbación, debe encontrarse cada uno de los criterios siguientes:


a) Dolor: relacionado a por lo menos 4 sitios diferentes o funciones; p. ej. cabeza, abdomen, espalda, articulaciones, extremidades, tórax, recto, durante la menstruación, en el intercurso sexual o durante la micción.


b) Síntomas gastrointestinales: por lo menos 2 síntomas no dolorosos, v. gr.: náuseas, hinchazón, vómitos fuera del período de gestación, diarrea o intolerancia a diferentes alimentos.


c) Un síntoma sexual: por lo menos un síntoma sexual no doloroso o de la función reproductiva; p. ej. indiferencia sexual, disfunción eréctil o eyaculatoria, ciclo menstrual irregular, sangrado menstrual excesivo, vómitos durante todo el embarazo.


d) Síntomas seudoneurológicos: por lo menos un síntoma que sugiere una condición neurológica no limitada a dolor; p.e.: síntomas de conversión tales como falla de la coordinación o del equilibrio, parálisis o debilidad localizada, dificultad para deglutir o sensación de bulto en la garganta, afonía, retención urinaria, alucinaciones, pérdida del tacto o sensación de dolor, síntomas disociativos como amnesia o pérdida de conciencia, diferente al desmayo o lipotimia.


Una de las siguientes características:


a) Después de una investigación clínica apropiada no se encuentra una explicación médica satisfactoria en una condición general conocida o en el efecto directo de una sustancia (abuso de drogas o medicamentos).


b) Cuando existe relación con una condición médica general, las quejas físicas o el deterioro social u ocupacional son excesivos en relación a lo que debiera esperarse de la historia, el examen físico o los hallazgos de laboratorio.


Los síntomas no son producidos intencionalmente ni son simulados.


Los pacientes con este trastorno suelen describir sus síntomas en forma dramática, con muchos detalles; a menudo son prolijos pero con frecuente ausencia de información concreta específica. Sus versiones son inconsistentes; por ello, una lista de síntomas puede ser menos efectiva que una minuciosa revisión de las intervenciones médicas y hospitalizaciones para documentar un patrón de frecuentes quejas somáticas. Pueden buscar tratamiento de varios médicos en forma concurrente, ocurriendo, a veces, interferencias peligrosas. 


La ansiedad y humor deprimido son muy comunes y pueden ser motivo de atención en servicios de salud mental. Suele haber conducta impulsiva y antisocial, amenazas e intentos de suicidio y problemas de pareja. La vida de estos individuos, particularmente la de aquellos con trastornos de personalidad asociados, suele ser tan caótica y complicada como sus historias clínicas. El uso de medicamentos puede acarrear efectos secundarios y llevar a trastornos relacionados con sustancias. Están expuestos a un mayor riesgo de morbilidad como consecuencia de los procedimientos diagnósticos, intervenciones quirúrgicas y hospitalizaciones. El trastorno está frecuentemente asociado con el trastorno depresivo mayor, de pánico, y los trastornos relacionados con el consumo de sustancias. Los trastornos de personalidad asociados son: el histriónico, el limítrofe y el antisocial.


El curso es crónico, pero fluctuante, y raramente remite en forma completa. Es muy raro que transcurra un año sin que el individuo busque atención médica por quejas somáticas inexplicables. Los criterios diagnósticos se encuentran presentes, típicamente, antes de los 25 años, pero los síntomas iniciales aparecen en la adolescencia. Las dificultades menstruales suelen ser uno de los síntomas más precoces. Los síntomas sexuales, con frecuencia, se asocian a problemas maritales.


El diagnóstico diferencial se hace con condiciones médicas generales con las que pueden traslaparse. El diagnóstico de trastorno de somatización lo sugieren tres rasgos: 


1) compromiso de múltiples órganos y sistemas 

2) inicio a temprana edad y curso crónico sin desarrollo de signos físicos o anormalidades estructurales 

3) ausencia de anormalidades de laboratorio características de las condiciones médicas sugeridas. 

Debe descartarse enfermedades caracterizadas por sintomatología vaga, múltiple y síntomas somáticos confusos, p.e.: hiperparatiroidismo, porfiria intermitente aguda, esclerosis múltiple, lupus eritematoso sistémico. El inicio de síntomas físicos múltiples en una etapa tardía del ciclo vital, es casi siempre debido a una condición médica general. 

Se debe diferenciar la esquizofrenia que cursa con delusiones somáticas múltiples, de las quejas somáticas no delusionales del Trastorno de Somatización; de otro lado, las alucinaciones pueden ser síntomas seudoneurológicos y deben distinguirse de las alucinaciones propias de la esquizofrenia. En el trastorno de pánico, los síntomas somáticos ocurren durante el pánico; sin embargo, ambas condiciones pueden coexistir,. En el trastornos de ansiedad generalizada los síntomas somáticos asociados, el foco de la ansiedad y preocupación, no están limitados a las quejas somáticas. En los trastornos afectivos, particularmente los depresivos, las quejas somáticas están limitadas a los episodios de humor depresivo; en algunos casos puede diagnosticarse ambas condiciones. En el trastorno facticio con signos y síntomas físicos y en la simulación, los síntomas pueden ser producidos intencionalmente para asumir el rol de enfermo, aunque pueden existir cuadros mixtos. 

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